Necesario, formar conciencia sobre el buen uso de la Química

Conferencia del académico de la FQ, Benjamín Ruiz

Es necesario formar conciencia entre los profesionales y estudiantes de la Química, para que enfoquen sus actividades hacia el buen uso de esta ciencia y evitar la proliferación de armas químicas en el mundo, afirmó el académico de la Facultad de Química, Benjamín Ruiz Loyola, al dictar la conferencia Ciencia en camello.

El profesor de la FQ, cuyas áreas de especialidad son las armas de destrucción masiva, el terrorismo con este tipo de armamento y la divulgación científica, refirió que en la actualidad se ha logrado destruir más de 69 mil 400 toneladas de arsenal químico en todo el planeta.

Benjamín Ruiz, quien en 2003 participó en una comisión especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contra las armas químicas, la cual realizó inspecciones en Irak, ofreció su conferencia en el Auditorio A de la Facultad, como parte del seminario que organiza la Secretaría Académica de Investigación y Posgrado (SAIP) de esta entidad universitaria, misma en la cual estuvo presente su titular, Felipe Cruz García.

En su conferencia, indicó que la ONU definió a las armas químicas como sustancias químicas gaseosas, líquidas o sólidas, las cuales por su toxicidad pueden ser utilizadas en perjuicio de los seres vivos (humanos, animales o plantas); por otra parte, la Convención sobre la Prohibición de las Armas Químicas propuso incluir en este concepto a los productos químicos tóxicos, las municiones y el equipo necesario para dispersarlos, como aerosoles, bombas o misiles.

Las armas químicas, añadió Benjamín Ruiz, son de manejo fácil y relativamente seguro, tienen bajo efecto residual, velocidad de acción instantánea, otorgan la posibilidad de descontaminar después las áreas y permiten la conservación de estructuras, por ello pueden eliminar seres vivos sin dañar inmuebles.

En 1997, expresó, entró en vigor la Convención sobre la Prohibición de las Armas Químicas, la cual tiene como objetivo lograr la destrucción de todos los arsenales en países que hayan declarado poseerlos y combatir el comercio relacionado con este armamento. Esta tarea, explicó, la lleva a cabo la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).

“A 20 años de esa Convención, lo positivo es que hay 192 estados integrantes de la OPAQ; aunque un Estado firmó, pero no ha ratificado (Israel), y otros como Sudán del Sur, Egipto y Corea del Norte no han firmado”, comentó el docente.

En contraparte, añadió, “lo malo es que a pesar de los esfuerzos, se siguen utilizando sustancias tóxicas como el cloro, pues no hay forma de sustituir su uso y, por ejemplo, el sarín (un agente neurotóxico) en Siria lo han utilizado tanto el gobierno como los rebeldes, así como el Ejército Islámico”.

Otros “pendientes” en el tema de destrucción de armas químicas son: el cuatro por ciento de este arsenal localizado en Estados Unidos; las que fueron abandonadas tras la conclusión de los conflictos armados en Asia, Europa del Este y Panamá (en este último, por Estados Unidos); además, se calcula que en el Mar Báltico hay alrededor de 60 mil toneladas de este tipo de armamento.

“La investigación se puede usar tanto para bien como para mal: hacer vacunas o construir armas químicas; por eso es importante que quienes trabajamos con la Química, digamos a los jóvenes que cuando tengan un problema ético en este sentido, se conduzcan por el respeto a la vida y al medio ambiente”, destacó Benjamín Ruiz, adscrito al Departamento de Química Orgánica de la FQ.

Al final de su conferencia, el experto también alertó en cuanto a otro problema importante para el planeta: las armas nucleares, las cuales forman parte del armamento de Estados Unidos, Rusia, Francia, China, Reino Unido, Pakistán, India, Israel y Corea del Norte. Sobre este último país mencionó: “Hay temor por Corea del Norte y se deja de prestar atención a las otras naciones, lo cual es delicado”, concluyó.