Participan académicos de la FQ con la OPAQ

Los académicos de la UNAM José Luz González Chávez, Benjamín Ruiz Loyola, Irma Cruz Gavilán García y Antonia Dosal Gómez están calificados como expertos a nivel mundial para actuar en alguna emergencia internacional, en el marco de su intensa colaboración con la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), ganadora del Premio Nobel de la Paz 2013.

Los profesores de la Facultad de Química (FQ) han tomado los cursos de formación de la Organización, por lo que pueden actuar como representantes del gobierno mexicano para colaborar con este organismo.

La OPAQ, con sede en La Haya, Holanda, tiene como misión eliminar todo tipo de armas químicas en el orbe. Su labor consiste en comprobar que se destruyen todos los arsenales de ese tipo y cuidar que no se produzcan más. Está encargada de la aplicación internacional de la Convención sobre Armas Químicas, en vigor desde 1997, y también brinda asistencia y protección a sus 190 Estados miembro.

José Luz González Chávez, del Departamento de Química Analítica de la FQ, recordó que la Convención sobre Armas Químicas no sólo establece la destrucción de éstas sino también que no se vuelvan a producir, es decir, evitar su proliferación, con lo cual es necesario también vigilar que la industria química no desvíe materia prima o ciertas sustancias para la producción de artefactos de uso bélico; otra indicación es que se haga uso de la Química para fines pacíficos.

“Es importante que organismos como éste tengan un reconocimiento de este nivel por la labor tan trascendente que realizan. Este Premio es positivo pues resalta la importancia de la OPAQ y del trabajo que realiza”, dijo.

José Luz González tomó cursos de formación de 1993 a 1995 en Francia y EU, previo a la constitución formal de este organismo, sobre formación de inspectores y destrucción de armas químicas y de instalaciones para fabricarlas. En 1996 fue seleccionado para formar parte del cuerpo de inspectores de la organización, instalada en 1997, a invitación de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México. “Me propusieron representar a América Latina en la Comisión de Confidencialidad de la OPAQ, donde estuve de 1997 a 2003 y participé incluso en la elaboración del reglamento de esta comisión, la cual tiene acceso a información que debe manejarse con mucho cuidado”.

A raíz de la guerra en Irak fue nombrado Inspector de Armas Químicas en 2003 por parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas; al año siguiente fue invitado a formar parte del Comité Asesor Científico del director general de la OPAQ, que integra sólo a 25 investigadores en el mundo; estuvo en este Comité en los periodos 2004-2007 y 2007-2010, y recibió una invitación especial para permanecer hasta septiembre de 2012.

De 2006 a 2012 formó parte del comité encargado de evaluar proyectos para el uso de la Química con fines pacíficos de la propia OPAQ, y de un subgrupo de trabajo encargado de análisis y muestreo de tóxicos químicos. En 2011, en el marco del Año Internacional de la Química, participó como integrante del Comité Asesor Científico del director general de la OPAQ en la propuesta para postular a la organización al Premio Nobel de la Paz.

Reconocer el trabajo

Para Benjamín Ruiz Loyola, del Departamento de Química Orgánica de la Facultad, el hecho de que le otorguen el Premio Nobel a esta organización reconoce no sólo lo que en este momento se hace con respecto de las armas químicas, sino 16 años de trabajo en los cuales se ha logrado destruir alrededor del 80 por ciento de los arsenales mundiales de este tipo de armamento.

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El galardón realza el trabajo intenso y la estructura de esta organización como un instrumento autónomo. “Es una distinción muy merecida, sobre todo porque es para un conjunto de personas que forman una organización de valor incalculable”, añadió.

Benjamín Ruiz ha asistido a seminarios relacionados con la aplicación de la Convención sobre Armas Químicas y ha participado en cursos y talleres de capacitación para la detección y destrucción de sustancias peligrosas, organizadas por la OPAQ, con la finalidad de estar en condiciones de actuar como especialista en caso de una emergencia en México o Latinoamérica.

Voto de confianza

Irma Cruz Gavilán García, del Departamento de Química Orgánica de la FQ, dijo que “lo más importante del reconocimiento es que se le da un voto de confianza a una organización que ha trabajado de manera intensa por la paz y seguridad mundial desde hace mucho tiempo, y hace pensar que es posible el objetivo del desarme mundial, al menos en cuanto a armas químicas”.

Tras recordar que México fue uno de los primeros países latinoamericanos que firmó la Convención sobre Armas Químicas, Irma Cruz Gavilán explicó que ha participado en distintas ocasiones como especialista, por parte del gobierno mexicano, en la revisión de documentos técnicos emanados de este acuerdo internacional, con la finalidad de dar respuestas a los requerimientos de la OPAQ.

Asimismo fue seleccionada en 2003 por el gobierno nacional para ir a La Haya y a España a hacer un entrenamiento como verificador en materia de armas químicas. Además en 2006, también en España, participó en otro entrenamiento para el control de armas de destrucción masiva, ambos organizados por la OPAQ.

Sensibilizar

Para Antonia Dosal Gómez, del Departamento de Química Analítica de la Facultad, no es trivial la detección de armas químicas, porque son elementos que se degradan y su localización es compleja. “A veces no hay que buscar el gas mostaza o el sarín, sino más bien un precursor o un reactivo que pueda derivar en algo peligroso, y es por ello que, según mi experiencia en Alemania, la industria química que no está involucrada en producción de armas químicas no recibe con agrado a inspectores de la OPAQ”.

“El Premio permitirá que mucha gente se sensibilice y tenga conciencia de lo que representa el trabajo de esta organización”, señaló.

Dosal Gómez participó en la década de 1990 en dos cursos relacionados con la Convención sobre Armas Químicas, cuando se trabajaba para la creación de la OPAQ. En 1991, en Finlandia y Alemania, tomó el Curso de Verificación de Armas Químicas y en 1995, en Finlandia, el Curso Avanzado de Verificación de Armas Químicas.