Reconocen al primer laboratorio de la UNAM capaz de detectar organismos genéticamente modificados

El Laboratorio 312 del Departamento de Alimentos y Biotecnología de la Facultad de Química es el primer espacio de análisis de la UNAM en integrarse a la Red Nacional de Laboratorios de Detección, Identificación y Cuantificación de Organismos Genéticamente Modificados (RNLD-OGM).

Con el reconocimiento de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (CIBIOGEM) y el Centro Nacional de Metrología (CENAM), este laboratorio universitario se integra a un selecto grupo donde participan especialistas de diversas instituciones públicas de investigación, que han colaborado y demostrado competencia técnica de alto nivel, para la validación de metodologías de análisis de Organismos Genéticamente Modificados (OGM), con la finalidad de apoyar a las entidades regulatorias del país en la toma de decisiones en bioseguridad.

Maricarmen Quirasco Baruch quien, junto con Amanda Gálvez Mariscal, Carolina Peña Montes y Cindy Estrada Hernández, forma parte del Laboratorio 312 de la FQ, explicó en entrevista que esta Red es resultado de años de esfuerzo de especialistas, investigadores y autoridades federales para atender las problemáticas en materia de bioseguridad y de brindar soporte en aspectos científicos sobre los nuevos desarrollos biotecnológicos en el país.

“Hemos colaborado desde hace varios años con la CIBIOGEM y el CENAM en la armonización de los métodos de laboratorio para el establecimiento de la Red”, refirió Quirasco Baruch.

La Red se presentó el pasado 26 de octubre en las instalaciones de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), donde se entregaron reconocimientos a los 14 laboratorios que integran este circuito.

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“Es un reconocimiento importante porque, como laboratorio de la UNAM, somos pioneros en el trabajo conjunto con la CIBIOGEM y ahora se nos cataloga como una entidad de referencia, lo cual certifica que tenemos capacidad para hacer análisis de muestras sospechosas de contener OGM, a fin de detectarlos, identificarlos y cuantificarlos”, abundó Maricarmen Quirasco.

Existe preocupación en el sector gubernamental y en la sociedad, de que se regule la utilización de OGM en nuestro país, debido a que estos organismos, fundamentalmente en el caso de plantas de maíz, soya y algodón, cuentan ya con permiso oficial para liberarse en nuestro territorio; no obstante, hay algunos que no están permitidos, resaltó.

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“Para su regulación es necesario realizar análisis bioquímicos a nivel molecular, y en esta Red se trabaja en la armonización y validación de métodos basados en el análisis de ADN. Tenemos la capacidad de distinguir si en una muestra hay o no transgénicos, de qué tipo son y, en caso necesario, cuantificarlos, emitiendo resultados confiables y certeros”, precisó.

Esto es relevante, comentó la universitaria, porque en el comercio internacional, los países imponen límites respecto de la cantidad de OGM presentes en un producto, y si se rebasa cierto nivel, no se les permite la entrada. En el caso de la Unión Europea, importante socio comercial de México, el límite de OGM es del 0.9 por ciento.

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La Red

La RNLD-OGM busca proporcionar elementos de respaldo con solidez científica, para que las autoridades nacionales tomen acciones y decisiones informadas en materia de bioseguridad, aprovechando las capacidades técnicas de las instituciones de investigación en la identificación y cuantificación certera de la presencia de organismos genéticamente modificados, apoyando la labor de los Laboratorios de Pruebas de las instancias gubernamentales que por ley deben efectuar este tipo de análisis.

Los laboratorios que integran esta Red fortalecen con su contribución las capacidades técnicas nacionales para validar protocolos y metodologías de detección, identificación y cuantificación de OGM, certificar materiales de referencia y favorecer el intercambio de información especializada técnica y científica en el tema.

El trabajo de la CIBIOGEM, que coordina la Red, involucra a entidades como el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) de la SAGARPA, así como el Instituto Nacional de Ecología (INE) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) de la SEMARNAT. Asimismo, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) de la Secretaría de Salud, y la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO).

Entre los integrantes de la Red se encuentran los laboratorios de instancias federales como el Centro Nacional de Investigación y Capacitación Ambiental, el Centro Nacional de Referencia en Detección de Organismos Genéticamente Modificados, la Comisión de Control Analítico y Ampliación de Cobertura, así como laboratorios de diagnóstico y de Biología molecular de instituciones como el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (CIATEJ), el Centro de Biotecnología Genómica del IPN, la Universidad de Colima, el INIFAP, la Universidad Autónoma de Nuevo León y el Centro de Investigaciones Científicas de Yucatán, entre otros.