Abordan en la FQ el uso de la inteligencia artificial para textos académicos
Conferencia organizada por el Posgrado de Ciencias Químicas de la UNAM
Los chatbots tienen limitaciones, por lo tanto, no son capaces de imitar la escritura humana; sin embargo, pueden ser de gran utilidad y es responsabilidad de cada autor usarla adecuadamente, señaló Elisa Núñez Acosta, profesora de la Facultad de Química, al impartir la conferencia 7 cosas que debes saber sobre inteligencia artificial (IA) y plagio en la ciencia.
En esta charla, organizada por el Posgrado de Ciencias Químicas de la UNAM y realizada el pasado 14 de octubre en el Auditorio B de la FQ, Núñez Acosta abordó el uso de la IA en la escritura académica, la función de los chatbots, así como tipos de plagio.
Durante su presentación, la universitaria también explicó que los chatbots (herramientas que utilizan IA y simulan una conversación) emplean diversos modelos de lenguaje preentrenados, los cuales se alimentan con información de textos publicados y aprenden de las preferencias humanas. Algunos de éstos pueden utilizar modelos como In-Context-Learning para aprender por imitación a resolver tareas; Chain-of-Though, resuelve preguntas aritméticas y de razonamiento lógico; Instruction-Fine-Tuning, ayuda a entender y procesar instrucciones, entre otros.
Sin embargo, Núñez Acosta aclaró que los chatbots tienen varias limitaciones, por ejemplo, al “no comprender el contexto, podrían dar respuestas incorrectas o irrelevantes; incluye sesgos; emplea información del usuario; ya que han sido entrenados con publicaciones previas podrían arrojar textos muy similares a otros previamente publicados; al no tener acceso a internet en tiempo real, es posible que proporcione información incorrecta; además no entiende conceptos, por lo que no son capaces de dar respuestas con profundidad”, entre otros.
En este sentido, apuntó que el uso incorrecto de esta tecnología favorece prácticas antiacadémicas como diseminar información dudosa, no cotejar la información obtenida con el chatbot, no parafrasear el contenido, o no agregar referencias, lo cual propicia a caer en el plagio.
La docente recomendó consultar la política de la editorial a donde se planee enviar un artículo científico para el cual se usó IA. Si se ha empleado esta tecnología, añadió, se debe reportar su uso: “Si lo utilizamos como corrector de estilo, por ejemplo, se debe mencionar en los agradecimientos, y si se empleó para un análisis, debe ser reportado en la sección de métodos”, indicó.
Respecto del plagio, dijo que éste se da al presentar un trabajo o ideas de otras fuentes como si fueran propias, con o sin el consentimiento del autor original, incorporándolas en un documento sin el reconocimiento debido del autor.
Agregó que existen distintos tipos de plagio: total, el cual consiste en presentar el trabajo de alguien más como propio; textual, se refiere a copiar secciones del escrito de alguien más; mosaico, que contiene texto parafraseado de la fuente original mezclado con secciones iguales al artículo original; plagio por parafraseo incorrecto; por inclusión de referencias equivocadas, y autoplagio de texto y figuras.
Por último, la docente mencionó que para evitar el plagio se deben citar apropiadamente las fuentes, parafrasear adecuadamente los textos originales, no hacer uso excesivo de citas, así como citar la fuente de donde se tomaron las figuras e incluir referencias completas, incluso si son de autoría propia.
Yazmín Ramírez Venancio