Se tituló Luis Rey como IQM desde el Reclusorio Oriente

Emocionado, conmovido, Luis Rey pudo por fin pronunciar las palabras con las que soñó muchas noches solitarias y por las que se esforzó en largos días de condiciones adversas: “Protesto ejercer mi profesión con honradez y entusiasmo, recordando en todo momento mi responsabilidad social frente a la comunidad que me ha formado, procurando siempre la solidaridad profesional, el progreso de la Química y el prestigio de nuestra Universidad…”.

Unos minutos antes, el jurado asignado para su examen profesional había dado su calificación aprobatoria y, por lo tanto, Luis Rey, egresado de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM, obtenía el título de Ingeniero Químico Metalúrgico desde el interior del Reclusorio Preventivo Varonil Oriente (RPVO).

La tesis que sustentó Influencia de precargas en el módulo de Young del acero 1112, en la biblioteca Benito Juárez del Centro Escolar Francisco I. Madero del RPVO, le pareció satisfactoria al jurado integrado por Teresita del Niño Jesús Robert Núñez, presidenta y asesora del graduado, Ignacio Beltrán Piña y José Guadalupe Ramírez Vieyra, todos ellos profesores de la FQ.

Pero además, su trabajo de investigación es de tal calidad que fue aceptado por la Comisión Evaluadora del Octavo Congreso Iberoamericano de Ingeniería Mecánica, a celebrarse del 23 al 25 de octubre de este año en la ciudad de Cusco, Perú, en donde será presentado por la profesora Teresita del Niño Jesús Robert Núñez.

En presencia de Eduardo Bárzana García, Director de la FQ, y de Engels López Barrios, Director General del RPVO, así como de sus familiares y amigos, Luis Rey defendió su tesis profesional por más de una hora y se convirtió así en el segundo egresado de la UNAM que culmina sus estudios de licenciatura desde un centro de readaptación social.

Al tomar la palabra, Eduardo Bárzana García comentó que la presentación del examen de Luis fue posible gracias a la estrecha colaboración entre la UNAM y el Gobierno del Distrito Federal (GDF), a través de la Dirección General de Prevención y Readaptación Social. Además, “es invaluable el apoyo que las autoridades de este centro nos han brindado para llegar a este momento tan importante para la historia de la FQ”.

Señaló que la titulación de Luis Rey es una prueba clara de cómo esa colaboración “y un esfuerzo individual de gran trascendencia rescatan lo mejor del espíritu humano y universitario”.

No fallarme

En entrevista, Luis Rey explicó que logró concluir su trabajo de tesis, gracias a que había realizado el diseño completo antes de ingresar al Reclusorio. Para lograr la conclusión de su trabajo contó con el apoyo tanto del Departamento de Ingeniería Metalúrgica de la Facultad, como de sus autoridades.

Asimismo recibió ayuda de sus asesores y sinodales, además de diversos maestros que decidieron participar. “Ellos saben que su trabajo y colaboración están reflejados ahí”.

Comentó también que esta tesis le llevó un año, fue extensa y larga, se hicieron muchas pruebas, “y en ocasiones se tuvieron que repetir varias de ellas, por diversas razones, como que se juntaba con las actividades escolares y era difícil la utilización de las máquinas, por lo que se extendieron los tiempos”.

Luis Rey afirmó además que una de las motivaciones para titularse fue que ha pasado gran parte de su vida buscando “no ser una persona más, sino lograr ser un profesionista. Cuando llegué aquí se me nubló todo, creí que no iba a lograrlo. Pero por fortuna tuve el apoyo de mi familia y de mi esposa. No quería fallarme a mí mismo, ni perder el trabajo que había realizado durante tanto tiempo, y menos aún defraudar a mi familia”.

Luis Rey apuntó que en cuanto abandone el Reclusorio buscará estudiar una maestría. También desea laborar en el área de la Química Metalúrgica e incluso “a largo plazo, tengo la idea de cursar una especialidad y un doctorado, y, de ser posible, viajar o formar mi propia empresa. Por fortuna aún tengo el apoyo de varios compañeros de la misma área”.

A quienes están en su misma situación, internos en un centro de readaptación social, Luis les envía un mensaje: “No todo está perdido, por grande que sea su condena algo bueno debe venir, la vida no se acaba aquí, hay que salir, seguir luchando, es difícil aceptar el reto, pero es posible hacerlo”.



José Martín Juárez Sánchez