Indispensable, el trabajo coordinado de los profesionales de la tecnovigilancia ante la COVID-19

Organiza la FQ Foro de Dispositivos Médicos

Ante la acelerada velocidad con la cual se fabrican dispositivos médicos para el diagnóstico y tratamiento de la COVID-19, se requiere más que nunca el trabajo coordinado de los profesionales de la tecnovigilancia, concluyeron los especialistas reunidos en el Foro de Dispositivos Médicos en la pandemia de la COVID-19.

Este encuentro, realizado en una transmisión en línea el 5 de agosto, fue organizado por el Departamento de Farmacia de la Facultad de Química de la UNAM, la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (CANIFARMA), los hospitales Ángeles Acoxpa e Infantil de México Federico Gómez, además de la Asociación Mexicana de Farmacovigilancia.

Al presentar el foro, María del Socorro Alpízar Ramos, académica de la FQ y organizadora de este encuentro, señaló que los dispositivos médicos son insumos esenciales utilizados en el sector Salud y abarcan desde un hisopo hasta respiradores, que han salvado la vida a muchos pacientes de COVID-19. 

Para iniciar las actividades, Jorge Daniel Alarcón, gerente de Dispositivos Médicos de la CANIFARMA, habló sobre los aspectos económicos y sociales en el sector de los dispositivos médicos. Comentó que México destina menos del uno por ciento del Producto Interno Bruto para esta causa; sin embargo, ha logrado desarrollar talento científico y tecnológico.

Apuntó que nuestro país ocupa el octavo lugar en exportación de insumos a nivel mundial y el primero en Latinoamérica: “Somos el principal proveedor de Estados Unidos; generamos 130 mil empleos de manera directa y otra cifra igual de manera indirecta; la calidad, infraestructura, mano de obra y talento se comparan con los estándares de carácter mundial”, pero el mayor problema es el desconocimiento sobre todo lo que involucra a los dispositivos médicos y su apoyo para el sector Salud, pues comúnmente se confunden con los medicamentos, aseguró.

Daniel Alarcón refirió que la COVID-19 es muestra de los retos y la falta de conocimiento sobre el sector de insumos: “Las defunciones y contagios que tenemos ahora son, en muchos casos, consecuencia de la falta de concientización y, por consiguiente, de la planeación que se pudo haber hecho”, finalizó el especialista.

Por su parte, Cynthia Castro, coordinadora de Prevención y Control de Infecciones del Hospital Ángeles Acoxpa, se refirió a la experiencia en el uso de equipo de protección personal, ambiente hospitalario y recomendaciones de cómo integrarse a la nueva normalidad. El equipo de protección personal, detalló, son dispositivos que evitan que una persona tenga contacto directo con un ambiente riesgoso, que puede generar lesiones o enfermedades. 

Refirió que el personal de salud que tenga contacto con un paciente hospitalizado, así como el personal en unidades respiratorias o unidades de Triage (un sistema de selección y clasificación de pacientes en los servicios de urgencia), debe contar con alguna protección ocular, cubrebocas de alta filtración o tricapa plisado, bata y guantes. 

A la población recomendó lavarse las manos antes de colocar y después de quitar el cubrebocas; verificar que no esté dañado o mojado; ajustarlo a la cara, que cubra nariz, boca y barbilla; evitar tocarlo durante el día; retirarlo por las cintas y recordó que es de uso personal: “Si se utiliza la mascarilla de tela, ésta debe lavarse con agua y jabón”, concluyó. 

En su oportunidad, Liliana Vargas Neri, investigadora de la Unidad de Epidemiología Clínica del Hospital Infantil de México Federico Gómez, versó sobre Farmacovigilancia y su rol ante la COVID-19: “Estamos ante una enfermedad nueva que nos ha retado en todos los niveles científicos, tanto en ciencia básica como en ciencia aplicada. A la fecha no existe una medicación efectiva, por lo que nos encontramos en una carrera para tener un tratamiento seguro”, apuntó.

Dentro de la pandemia que se está viviendo, indicó que la Farmacovigilancia juega un rol importante, pues se encarga de monitorear la seguridad de las vacunas y los medicamentos, tanto los ya conocidos como los nuevos. La autoridad regulatoria en cuestión ha emitido comunicados sobre la notificación oportuna para los tratamientos contra la COVID-19.

“Como profesionales tenemos que notificar las amenazas de una prescripción con evidencia débil, de tal manera que se tomen decisiones a nivel político y gubernamental para evitar riesgos innecesarios en la población”, concluyó la investigadora.

Durante su presentación, Verónica Hernández Santamaría, del Comité Directivo de la Asociación Mexicana de Farmacovigilancia, sostuvo que los nuevos dispositivos médicos con permiso de comercializaciones para la COVID-19 requieren una vigilancia más estrecha, la cual garantice su seguridad en el mercado y que la participación en equipo de todos los actores (desde el Centro Nacional de Farmacovigilancia hasta los usuarios de éstos) sean determinantes para no incrementar el impacto de la crisis actual. 

La experta apuntó que la tecnovigilancia es un conjunto de actividades en las cuales contribuye el diseñador, el fabricante del producto, quien lo comercializa y lo emplea profesionalmente y de forma personal: “Los dispositivos médicos los utilizamos todos, son todo instrumento, aparato, utensilio, máquina, material implantable, agente de diagnóstico, material de soporte, sustancia o producto similar para ser empleado solo o en combinación, directa o indirectamente en seres humanos sin acción farmacológica”.

Verónica Hernández añadió que en esta pandemia uno de los retos fundamentales de la tecnovigilancia y la COVID-19 es el monitoreo de los dispositivos médicos nuevos y los existentes. Es una obligación ética de todos los profesionales de la salud. De esta forma, finalizó, la tecnovigilancia estaría atendiendo la problemática para implementarse adecuadamente y hoy podría ser la respuesta para garantizar que los dispositivos en el mercado sean seguros. 

Yazmín Ramírez Venancio

Khalid Hernández Páez

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