Investigan quelites mexicanos para tratar enfermedades como diabetes y obesidad

En el marco del ciclo de conferencias de los Nuevos Profesores de Tiempo Completo de la FQ

Un grupo de investigación de la Facultad de Química, dirigido por la académica Berenice Ovalle Magallanes, estudia los quelites mexicanos para obtener compuestos bioactivos que puedan ser utilizados en medicamentos elaborados a base de plantas o fitopreparados, para el tratamiento de enfermedades como diabetes y obesidad. 

Así lo dio a conocer la docente adscrita al Departamento de Farmacia durante la charla Investigación fitofarmacológica de especies de uso tradicional subvaloradas y subutilizadas para el tratamiento de desórdenes metabólicos, en el marco del ciclo de conferencias de los Nuevos Profesores de Tiempo Completo de la FQ. 

En esta presentación, efectuada el 5 de marzo, Ovalle Magallanes comentó que la Farmacología estudia la interacción de ligandos químicos con sistemas biológicos (humanos, animales y plantas); permite estandarizar procedimientos y ensayos para elucidar relaciones estructura-actividad; investiga los mecanismos de acción de agentes bioactivos, y descubre y desarrolla nuevos fármacos.

Respecto del empleo de las plantas medicinales, la universitaria comentó que se tiene una larga historia en este sentido. El avance en su estudio se logró cuando se determinó que sintetizaban metabolitos secundarios en respuesta a su entorno, es decir, sintetizaban compuestos que les permitía adaptarse al ambiente, defenderse de sus depredadores y sobrevivir a ambientes hostiles, explicó. 

“Esta cuestión de que los metabolitos secundarios interferían con el ambiente dio pauta a sugerir e investigar que éstos eran compuestos bioactivos”, explicó. Cuando las plantas sintetizan los compuestos bioactivos, éstos se pueden extraer y dan origen a fármacos, asentó.  

Más adelante, la docente de la FQ puntualizó que en México se consumen más de 350 especies de quelite (pápalo, verdolaga, quelite cenizo, epazote, huauzontle, alache, entre otros). Los quelites, aclaró, pertenecen a las llamadas “especies de uso tradicional subvaloradas y subutilizadas”, que comparten diversas características: de cultivo, asociados al crecimiento en las milpas, son estacionales, algunas variedades son consideradas como malezas y comparten su uso tradicional, además se emplean para los mismos padecimientos y tienen un alto valor nutrimental.

Por lo tanto, la universitaria y su grupo de trabajo realizaron una reinvestigación del quelite Anoda cristata, considerado una maleza y conocido comúnmente como malva o alache, el cual crece al norte de la Ciudad de México: “Antecedentes indicaban que esta especie tenía eficacia antidiabética en ratones, es decir, que en un modelo animal podía reducir los niveles de glucosa en animales con inducción química de diabetes”, refirió. 

En el proyecto se han llevado a cabo ensayos enzimáticos in vitro de las enzimas α-glucosidasas, las cuales se encuentran en los bordes de las vellosidades del intestino grueso y sirven para degradar polisacáridos complejos a sencillos, y que regulan la glucosa posprandial (nivel de glucosa en la sangre después de las comidas). 

Otra de las enzimas que evaluaron fue la proteína tirosina fosfatasa 1B, que regula las acciones metabólicas de la insulina, y los pacientes con obesidad y diabetes tienen problemas en este proceso: “Encontrar moléculas que inhiban a esta enzima puede potenciar las acciones metabólicas de la insulina”, asentó.

Además, la profesora apuntó que han efectuado estudios basados en células, en los que analizaron la inhibición de la enzima glucosa-6-fosfatasa, la cual regula los procesos de liberación de glucosa a partir del hígado. 

“Cuando estamos en ayuno, el hígado funciona como reservorio de glucógeno y éste es convertido a glucosa y liberado al torrente sanguíneo. Una vez más, los pacientes obesos y diabéticos tienen problemas en la regulación de la glucosa que sale desde este órgano y nuevamente se encuentra una actividad diferencial respecto a la fracción orgánica que se estaba evaluando”.

Actualmente, desarrollan el aislamiento de los compuestos bioactivos del alache y siguen la pauta de anotar los descriptores farmacológicos; además de observar el tipo de inhibición de los compuestos bioactivos, clasificarlos de acuerdo con su potencia y eficacia; visualizar los modos de unión empleando modelado molecular; están en la inclusión de los blancos moleculares: lipasas intestinales e hidroximetilglutaril Co-A enzima reductasa (HMG-CoA reductasa), enzima importante en el metabolismo del colesterol, y la evaluación de captación de glucosa en hepatocitos humanos. 

Berenice Ovalle señaló que el grupo también trabaja con otra variedad de quelite y el huauzontle, con el objetivo de generar fitopreparados para tratar desórdenes metabólicos. A partir de las especies se pueden generar dos tipos de compuestos: cabeza de serie, que sirven para nuevos compuestos químicos, y polivalentes, que tal vez tengan la capacidad de unirse a diferentes blancos moleculares. Al tener una caracterización de los extractos y de sus mecanismos de acción se puede hacer una base de datos que incluya a estos descriptores farmacológicos. 

“Una de mis mayores ambiciones es implementar esta nueva tendencia de Farmacología: Farmacología de redes, donde aprovechamos que los compuestos activos son polivalentes, es decir, actúan sobre diferentes blancos para tratar una etiología compleja –la cual estudia el origen o las causas de las enfermedades–, pues la obesidad y la diabetes son etiologías complejas”, concluyó.

Yazmín Ramírez Venancio

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