La bioenergía es tan antigua como la historia de la humanidad: Alfonso Durán
Webinar organizado por el Departamento de Ingeniería Química
Los requerimientos energéticos para la población deben cubrirse con procesos menos contaminantes, por lo que es necesario realizar un cambio hacia energías alternativas a los combustibles fósiles, las cuales en México aún son de producción reducida, señaló Alfonso Durán Moreno, académico de la Facultad de Química.
Al dictar el webinar Bioenergía: antecedentes, avances y perspectiva el 29 de octubre, organizado por el Departamento de Ingeniería Química de la FQ al que está adscrito, el universitario señaló que la bioenergía es tan antigua como la historia de la humanidad, pues el uso de biomasa (materia orgánica de origen vegetal o animal, susceptible de ser aprovechada energéticamente) como combustible comenzó desde que se descubrió el fuego.
Fue hacia 1800 de la era actual, añadió, cuando empezaron a usarse combustibles fósiles, como el queroseno, además de alcoholes y hubo un desarrollo importante de ellos después de la Revolución Industrial: “Más adelante, en la década de 1980, la humanidad se da cuenta que se están diezmando los recursos naturales y debe haber un cambio; ya hacia el 2000, se empieza a visualizar el uso de energías alternativas”, resumió Durán Moreno.
Fue entonces, agregó el especialista, quien entre sus líneas de investigación tiene las de producción de biocombustibles y digestión anaerobia de residuos sólidos orgánicos, “que se regresó a buscar el uso de biomasa, o bien, el sol y el viento como fuentes de energía”.
La bioenergía, definió, es la energía derivada de la conversión de la biomasa que se puede usar directamente como combustible o transformarla en líquidos o gases, con lo que se puede hablar de biocombustibles.
“En épocas recientes, empiezan a darse desarrollos tecnológicos, buscando transformar la biomasa en combustibles. La biomasa es cualquier compuesto orgánico que se deriva de la actividad pecuaria o agrícola; es decir, desechos de otras actividades productivas, pues no se trata de diezmar los recursos naturales para convertirlos en energía, sino aprovechar los residuos de otras industrias”, apuntó Alfonso Durán.
La gran pregunta, indicó también, es ¿cómo transformar los residuos en combustibles aprovechables?: “El uso de la biomasa, cuando no es como combustible sólido, representa un reto, pues implica transformarla en presentaciones más flexibles de utilización; el reto importante aquí es que su estructura es relativamente compleja, pues contiene materiales lignocelulósicos cuya estructura hay que romper, despolimerizar, deconstruir, para que la biomasa en sus componentes esenciales pueda ser más aprovechada”.
Así, por ejemplo, explicó Alfonso Durán, en los proyectos de investigación para transformar madera en biogás, “se debe buscar llevar a cabo transformaciones químicas para romper esas estructuras básicas”. En el mundo, añadió, la investigación en la línea de biocombustibles tiene distintos niveles de desarrollo: “El problema es que continúan siendo tecnologías caras, más que los combustibles fósiles”.
En la parte final de su conferencia a distancia, Alfonso Durán indicó que en la Facultad de Química se empezó a hacer un proyecto en 2007 con Pemex, encaminado a la evaluación de tecnología para la producción de gas de síntesis, para la generación eléctrica a partir de residuos sólidos municipales; asimismo, en 2012, inició otro proyecto en el que se logró instalar una planta piloto de producción de biogás, a partir de distintos tipos de residuos, como los de mercados y tianguis, domicilios y centros comerciales.
Agregó que la FQ forma parte de un proyecto de biocombustibles gaseosos, junto con otras 11 instituciones, para producir biocombustibles a partir de bagazo de agave, biomasa micro-algal, residuos semisólidos, residuos líquidos y vinazas, y residuos sólidos.
“Actualmente se trabaja la línea de residuos sólidos urbanos, se busca mezclarlos con lodos de plantas de tratamiento de aguas residuales, los cuales pueden tener una producción interesante. Hay mucho trabajo que hacer con grupos multidisciplinarios en la Facultad, para ir en ese sentido del desarrollo de bioenergía en México”, concluyó.
José Martín Juárez Sánchez