Analizan en la FQ contaminantes en el acuífero de Yucatán

Trabajo del Laboratorio de Ciencias Ambientales Costeras de la Unidad de Química en Sisal

Académicos de la Unidad de Química en Sisal analizan los contaminantes generados en la Península de Yucatán por el crecimiento poblacional, la industria y las actividades agropecuarias, los cuales se filtran a los acuíferos y afectan el agua subterránea, única fuente de agua potable para la población, señaló la investigadora Elsa Noreña Barroso.

Al dictar la conferencia Todo lo que tiramos acaba en el mar: contaminantes orgánicos en la Península de Yucatán, Noreña Barroso apuntó que contar con un acuífero cárstico (es decir, constituidos por roca caliza) facilita que los contaminantes ubicados en el suelo se filtren rápidamente y se muevan a través de los numerosos conductos y fracturas, llegando a los pozos de abastecimiento de agua.

En el Laboratorio de Ciencias Ambientales Costeras, donde está adscrita, se realizan estudios de monitoreo de contaminantes. La estrategia es dar seguimiento de la calidad del agua en diferentes puntos del acuífero, como cenotes y pozos de abastecimiento de agua, así como en la zona costera; en esta última se analiza agua, sedimentos y organismos.

Algunos de los contaminantes que se evalúan en este laboratorio son los hidrocarburos provenientes de actividades petroleras, combustibles e incendios; los plaguicidas empleados en la agricultura, en campañas de salud o en productos para las mascotas; los trihalometanos, compuestos volátiles formados a partir de reacciones del cloro con la materia orgánica del suelo, así como los contaminantes emergentes, en los cuales se engloban los productos farmacéuticos y de cuidado personal.

Además, en este mismo espacio se miden compuestos orgánicos que no son contaminantes en sí, pero dan una idea de las aportaciones de aguas residuales al acuífero y a la zona costera, por ejemplo la presencia de cafeína en el agua. Asimismo, algunos contaminantes emergentes llegan a las reservas de agua subterráneas al ser consumidos o utilizados por las personas: “Cuando tomamos una medicina, buena parte de ese medicamento, del principio activo, se desecha mediante la orina y si no se tiene un drenaje o fosa séptica que funcione bien, eventualmente esos compuestos van a terminar en el acuífero”, ejemplificó durante la jornada Sisal. La Facultad de Química en Yucatán.

El grupo de trabajo de Noreña Barroso ha detectado la presencia de contaminantes orgánicos persistentes y emergentes en el acuífero costero de Yucatán, como plaguicidas organoclorados y organofosforados, hidrocarburos alifáticos y aromáticos, esteroles fecales, contaminantes volátiles y principios activos de productos empleados para el cuidado personal.

“Hay evidencia de que muchos de estos compuestos se mueven y salen en la costa a través de manantiales y ojos de agua, especialmente en la zona de Celestún y Dzilam”, indicó. Se ha detectado presencia de plaguicidas organoclorados en el agua subterránea; en sedimentos y agua de la zona costera; así como en organismos (aves y tortugas marinas).

Estos resultados son preocupantes si se considera que Yucatán no es un sitio con alta densidad de población, no es industrial ni sus actividades agrícolas son muy desarrolladas, pero está creciendo aceleradamente, alertó Noreña Barroso.

Ante este panorama, recomendó no tirar basura en las calles y asegurarse de disponer de los residuos sólidos por las vías adecuadas; en lo posible, usar sustancias menos tóxicas en la vida cotidiana y utilizar vehículos en buen estado y disminuir su uso.

Yazmín Ramírez Venancio

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