Tres oleadas migratorias poblaron América, revela estudio internacional donde participó la FQ

Un estudio internacional publicado en la revista Nature, en donde tomaron parte investigadores de más de 40 instituciones de educación superior de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa, entre ellas la Facultad de Química de la UNAM, revela que no fue una, sino tres oleadas migratorias provenientes de pueblos distintos de Asia, las que poblaron América.

Los resultados del estudio Reconstrucción de la historia del poblamiento de América, coordinando por el colombiano Andrés Ruiz-Linares, del University College de Londres, modifican la teoría de que este poblamiento se hizo a través de una sola oleada, y aunque había hipótesis que sugerían un mayor número de migraciones, no habían podido ser demostradas, informó el académico de la FQ y participante en este proyecto, Samuel Canizales Quinteros.

El estudio, aparecido en agosto pasado en Nature –una de las publicaciones de divulgación científica con mayor prestigio mundial–, demuestra con datos robustos que la oleada migratoria inicial, la cual se produjo a través del Estrecho de Bering unos quince mil años atrás, habría dado lugar a todos los pueblos indígenas de México y hasta el sur del continente, mientras que las poblaciones de Norteamérica (Estados Unidos, Canadá y Alaska) evidencian desplazamientos posteriores de otros grupos de Asia.

La información permite demostrar “que el proceso migratorio se dio por la costa en la primera oleada, mientras las otras dos se quedaron en el norte”. Incluso, se infiere que las poblaciones sureñas volvieron a migrar hacia el norte, porque en Centroamérica se encontraron linajes tanto de una como de otra procedencia, explicó Canizales Quinteros.

Estos resultados, adelantó, son de utilidad no sólo para los estudios evolutivos, sino para aplicarlos a “enfermedades metabólicas como la obesidad y sus complicaciones”, principal línea de investigación del universitario, cuyo grupo de trabajo evalúa en la población indígena el perfil metabólico y cuestiones antropométricas asociadas a enfermedades.

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En el estudio publicado –producto de uno de los múltiples proyectos emprendidos de manera conjunta con Ruiz-Linares– se abordó la parte demográfica evolutiva, “pero ahora estamos analizando la implicación metabólica”, agregó.

Samuel Canizales, quien estudia poblaciones nativas desde hace 10 años, señaló que en esta iniciativa se tomó información de 52 grupos étnicos de México como los tepehuanos, nahuas, mayas, zapotecos y yaquis, principalmente, lo cual permitió interpretar cómo se gestó el proceso de migración incluso dentro de esos grupos, para pasar a Centro y Sudamérica.

Respecto a la forma como se llevó a cabo el estudio, Canizales Quinteros –quien recibió el Premio Miguel Alemán Valdés 2010 en el área de Salud– refirió que para determinar el perfil genético de las poblaciones seleccionadas, se analizaron alrededor de un millón de polimorfismos de un solo nucleótido; “particularmente informativos, fueron cerca de 300 mil”.

Esta investigación sin precedentes constituyó un desafío científico, tanto por el tamaño de la muestra como por las características de las poblaciones, pues el gran problema que enfrentaron los investigadores fue el alto grado de mestizaje detectado, sobre todo después de la Conquista y periodos de esclavitud, cuando hubo una gran mezcla con los componentes europeo y africano.

Esta situación complicó los análisis, pero gracias a la metodología empleada fue posible concentrarse únicamente en los segmentos del genoma amerindio, dejando de lado los segmentos europeos y africanos. De esta forma, “nos quedamos sólo con el componente indígena, que era el que se quería evaluar”, puntualizó.

Luego de aseverar que los resultados obtenidos generarán un importante impacto en la visión sobre el poblamiento en el continente, Canizales Quinteros destacó que la investigación cobra gran relevancia al incluir al mayor número de poblaciones nativas del continente, desde Alaska hasta la Patagonia. Entre ellas, se estudiaron las de México, el cual es “probablemente junto con Perú y Bolivia, uno de los países con mayor componente indígena en toda Latinoamérica”.

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Las aportaciones del estudio publicado en Nature, donde se establece que el poblamiento de México, Mesoamérica y Sudamérica proviene de una misma oleada migratoria, son de gran relevancia para Latinoamérica, “porque la información obtenida de las poblaciones de nuestro país será de utilidad para la región”. Asimismo, indicó, tendrán impacto en las áreas de Genómica poblacional.

En este proyecto, además de la Facultad de Química y del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, participaron por México el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, el Instituto Nacional de Medicina Genómica y la Escuela Nacional de Antropología e Historia.

Nuevos estudios

Canizales Quinteros dijo que este artículo demuestra que se pueden hacer trabajos conjuntos con especialistas de otros países y abrir diversas perspectivas, como la posibilidad de estudiar poblaciones mestizas. Asimismo, marca la pauta en el análisis de comunidades nativas, clave para entender no sólo cuestiones poblacionales sino aspectos de enfermedades propias y prevalentes.

“Es la punta de lanza de lo que se puede descubrir en las poblaciones nativas y en el mestizaje. Esperamos que este trabajo sea el inicio de más proyectos de este nivel, coordinados desde México”, puntualizó el también investigador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, quien formó parte de los 41 investigadores mexicanos reconocidos recientemente con los Estímulos a Investigaciones Médicas Miguel Alemán Valdés, que tienen como objetivo apoyar trabajos relevantes de salud en sus vertientes biomédica y clínica.