No hay evidencia científica de que los transgénicos causen daños a la salud: Francisco Bolívar Zapata

No hay evidencia científica de que los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) causen daños a la salud, por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) avala su uso como alimentos, y ya se utilizan y consumen en más de 50 países por cerca de 300 millones de personas, refirió en la Facultad de Química Francisco Bolívar Zapata, Investigador Emérito del Instituto de Biotecnología de la UNAM, al dictar las conferencias Biotecnología: Organismo transgénicos, sus grandes beneficios y la ausencia de daño.

El también Premio Príncipe de Asturias 1991 y uno de los investigadores mexicanos más citados en el mundo abordó, el pasado 12 de abril en el Auditorio B de la FQ, los temas La célula viva. Moléculas biológicas informacionales, genes y proteínas. Ciencia genómica; Construcción de organismo transgénicos por Ingeniería Genética. Impacto de la Biotecnología y los organismo transgénicos en la salud y en la producción de alimentos. Beneficios de los OGM, y Evidencias científicas y apoyos que sustentan el bajo riesgo de los organismo transgénicos.

Durante su presentación, realizada dentro de sus actividades de divulgación como miembro de El Colegio Nacional, Bolívar Zapata aseguró que los transgénicos están satanizados por ignorancia y no hay evidencia científica sólida que avale su rechazo. Subrayó que entidades tan reconocidas como la OMS, la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos o la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) de México, avalan los alimentos transgénicos.

“México debe estar atento, preocupado y ocupado por su soberanía alimentaria. Se deben buscar las estrategias y los mecanismos para depender cada día más de nuestras propias capacidades y menos de las compañías transnacionales, que hoy son dueñas de las semillas de maíz transgénico y, también, de una proporción importante de las semillas híbridas de maíz convencional (no-GM) que más se utilizan en el país”, expresó.

En ese sentido, dijo que es fundamental fortalecer la generación de conocimiento científico para la producción de alimentos y que, en especial, se debe impulsar la Biotecnología agrícola, así como el uso de los transgénicos, para apoyar el fortalecimiento del campo mexicano.

“La única estrategia real que existe en México para paliar y contender con necesidades y problemas nacionales, como ocurre en muchos otros países, es desarrollar tecnología propia, en este caso variedades de semillas mejoradas, incluyendo las transgénicas, por grupos de investigación y desarrollo tecnológico mexicanos”, aseguró el también Premio Nacional de Ciencias y Artes 1992.

Los alimentos transgénicos, señaló más adelante Bolívar Zapata, se consumen desde hace mucho y en especial el maíz, en muchos tipos de alimentos procesados y naturales. Por ejemplo, indicó, en Estados Unidos más del 96 por ciento del maíz que se siembra es de origen transgénico, y lo consumen humanos y animales, mientras que en México el 30 por ciento del maíz que se importa es transgénico.

Asimismo, el Premio Universidad Nacional 1990 apuntó que, en promedio, la adopción de tecnología biotecnológica ha reducido en 37 por ciento el uso de pesticidas químicos, ha incrementado las cosechas en 22 por ciento, y ha incrementado las ganancias de los agricultores en 68 por ciento en el mundo.

“Los cultivos transgénicos reducen y, en algunos casos, eliminan completamente el uso de insecticidas químicos, lo cual tiene un extraordinario valor para contender con la problemática del cáncer que generan muchos de estos insecticidas químicos. La Biotecnología es una tecnología poderosa que debe usarse de manera responsable y debe ser accesible para aquellos campesinos y productores que quieran utilizarla”, aseveró.

El también Investigador Emérito del Sistema Nacional de Investigadores enfatizó que México debe desarrollar sus propias variedades de transgénicos para luchar con los problemas del cambio climático y la sequía. “Se debe también aprovechar el vencimiento de las patentes de los genes que dan protección a plagas de insectos, propiedad de las compañías transnacionales, como parte de esta estrategia para modernizar el campo mexicano”.

Desde su perspectiva, la Biotecnología “no es en forma innata buena o mala, tiene un potencial para remediar el impacto de la actividad agropecuaria en el medio ambiente”.

OGM

Bolívar Zapata, cuyas publicaciones han sido citadas más de 14 mil 500 veces en la literatura científica mundial, sostuvo que con la aplicación de la Biotecnología se busca hacer un uso responsable y sustentable de la biodiversidad, mediante el desarrollo de tecnología eficaz, limpia y competitiva, para facilitar la solución de problemas importantes en el sector salud, agropecuario, industrial y del medio ambiente.

Con el desarrollo de las técnicas de Ingeniería genética, agregó, la Biotecnología alcanza una nueva dimensión; con estas metodologías es posible aislar genes específicos de un organismo y transferirlo a otro, generando así los OGM, cuyo objetivo es ayudar a resolver problemas en los diferentes sectores.

Los transgénicos, aseguró Francisco Bolívar –quien formó parte del grupo de investigadores que logró en 1977, por primera vez a nivel mundial, la producción de bacterias por técnicas de ingeniería genética de proteínas trangénicas identicas a las humanas como la insulina–, han sido utilizados comercialmente desde hace casi 30 años con el propósito de construir organismos que producen proteínas idénticas a las humanas.

Desde 1982, continuó, la utilización de las proteínas recombinantes transgénicas han contribuido significativamente a mantener y mejorar la salud humana, pues existen medicamentos de origen transgénico o recombinante como la insulina, los interferones y anticoagulantes.

Además, el uso de proteínas recombinantes también ha tenido gran impacto en la elaboración de alimentos, como en el caso de las enzimas quimosinas, las cuales se emplean en la producción de quesos; pectinasas, para la elaboración de jugos; glucosa oxidasas y catalasas para la deshidratación de huevo; lipasas para fabricación de aceites de pescado; glucosa isomerasas, para la preparación de jarabes glucosados, y glucanasas en la producción de cerveza, entre las más importantes.

Asimismo, Francisco Bolívar sostuvo que las plantas transgénicas se cultivan desde 1996 y 20 años después se siguen usando sin que hasta la fecha existan reportes de efectos nocivos a la salud humana ni a la biodiversidad, por el contrario, han permitido reducir el uso de pesticidas lo que se traduce en un menor impacto en el ambiente.

En cuanto al uso y aplicación responsable de los transgénicos, dijo que se debe dar en un marco jurídico, que sustente que la utilización del conocimiento científico y de la tecnología se dé en forma responsable y respetuosa de la salud humana, animal y al medio ambiente; además de respetar la riqueza cultural, y realizar un análisis detallado de las ventajas y los riesgos que representa el uso o no de una tecnología particular para la solución de algún problema.

Bolívar Zapata también comentó que existen acuerdos internacionales y regulación en México para el uso de los OGM, como el Protocolo de Cartagena sobre la Seguridad de la Biotecnología del Convenio sobre la Diversidad Biológica, el cual establece el compromiso de definir regulaciones y medidas necesarias para evaluar los movimientos transfronterizos de los transgénicos.

En el país, agregó, el Congreso de la Unión -con el apoyo del Comité de Biotecnología de la Academia Mexicana de Ciencias- emitió la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (LBOGM), la cual tiene como objetivo garantizar la protección de la salud humana, del medio ambiente, la diversidad biológica de actividades con OGM.

Además, concluyó, existen diferentes grupos que apoyan las evidencias del bajo riesgo de los OGM, como la declaración firmada por 25 Premios Nobel que reconoce que las técnicas para modificar organismos son seguras y pueden contribuir al bienestar humano, mejorando la agricultura, la salud y el medio ambiente.