Consideran científicos al mijo como un superalimento

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El mijo perla producido en México tiene mayor cantidad de proteína, grasa y menor cantidad de carbohidratos, comparado con el arroz, el trigo, el maíz y el sorgo, los cuales forman parte de un mismo grupo de alimento, por lo que puede ser considerado como un superalimento, señaló en la Facultad de Química el académico Enrique Martínez Manrique.

Al participar en el ciclo de conferencias La Ciencia más allá del aula de la FQ, el profesor de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la UNAM definió como superalimento a aquel que tiene mayor cantidad de uno o varios nutrientes comparado con otros de su mismo grupo.

En su presentación titulada El mijo: ¿un superalimento?, realizada el pasado 9 de noviembre en el Auditorio B de la Facultad de Química, señaló que el mijo es una gramínea, la cual pertenece al grupo de los cereales y sus especies más importantes son el perla, proso, cola de zorra y dedo, asimismo subrayó que “su composición química puede variar dependiendo de cada especie”.

El también responsable del Laboratorio de Bioquímica y Fisiología de Granos, en la Unidad de Investigación Multidisciplinaria de la FES Cuautitlán, puntualizó que este alimento se puede cultivar en zonas áridas o subhúmedas, con baja precipitación pluvial, en rangos de temperatura muy altos y tiene un ciclo de producción corto (de cuatro meses), además, es resistente a plagas, por lo que requiere una cantidad reducida de fertilizantes y plaguicidas sintéticos.

El mijo, agregó Martínez Manrique, es de origen asiático y los principales países productores son la India, Níger, Nigeria y China. En el caso de México, en 2022, se produjeron 275 toneladas y normalmente se utiliza como alimento para aves. El también egresado de la FQ comentó que su grupo de trabajo está enfocado en promover el mijo y darle valor agregado al elaborar productos con este alimento.

En su laboratorio están enfocados en el análisis de mijo perla cosechado en el país, comparado con maíz y trigo en harinas comerciales, pues una de sus líneas de investigación se centra en el desarrollo de productos con granos no convencionales más nutritivos: “Trabajamos con productos de panificación, botanas y cereales para desayuno; elaboramos cemitas con trigo y mijo, galletas, bebida fermentada tipo cerveza y muffin”, añadió.

Martínez Manrique comentó que la Organización para la Alimentación y Agricultura de Naciones Unidas se ha preocupado por cumplir los objetivos de la Agenda 2030; el mijo cumple con seis de ellos para el desarrollo sostenible: acción por el clima; vida en ecosistemas terrestres; hambre cero; salud y bienestar; trabajo decente y crecimiento económico, y la producción y consumo responsables.

Yazmín Ramírez Venancio

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